sábado, 26 de septiembre de 2009

Para victoria.

Tu cuerpo es un vidrio, tu amor un faquir. Tu cuerpo una aguja, mi mente un tapiz. Si las sanguijuelas no pueden herirte... No existe una escuela que enseñe a vivir. El ángel vigía descubre al ladrón, le corta las manos, le quita la voz. La gente se esconde o apenas existe, se olvida del hombre, se olvida de Dios. Miro alrededor, heridas que vienen, sospechas que van y aquí estoy. Pensando en el alma que piensa, y por pensar no es alma, desarma y sangra.

No existe una escuela que enseñe a vivir.

Ok, te sigo