Tu cuerpo es un vidrio, tu amor un faquir. Tu cuerpo una aguja, mi mente un tapiz. Si las sanguijuelas no pueden herirte... No existe una escuela que enseñe a vivir. El ángel vigía descubre al ladrón, le corta las manos, le quita la voz. La gente se esconde o apenas existe, se olvida del hombre, se olvida de Dios. Miro alrededor, heridas que vienen, sospechas que van y aquí estoy. Pensando en el alma que piensa, y por pensar no es alma, desarma y sangra.
No existe una escuela que enseñe a vivir.
1 comentario:
que lindo
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