miércoles, 13 de mayo de 2009

Creo que mi familia son como los puerco espines. Los puerco espines en invierno se protegen de una forma muy extravagante, si estan solos se mueren. Por lo que deben juntarse, y pincharse, para generar calor, y asi sobrevivir. Yo tengo catorce o quince años, y solo me muero. No me queda otra que pincharme y sufrir en esta casa para sobrevivir.

"Para Arthur Schopenhauer este ejemplo ilustra la idea, recurrente en su obra, según la
cual la vida: «oscila como un péndulo de derecha a izquierda, entre el sufrimiento y el
aburrimiento»; lo mismo sucede con el amor en que uno –el que desearía
aproximarse– sufre, mientras que el otro, indiferente, se aburre. Cada uno de nosotros
duda necesariamente entre ambas miserias. De un lado, la soledad en que el hombre,
animal social, se consume. Del otro, el juego social, en que lo que Schopenhauer
denomina el «querer vivir», nos empuja a fin de satisfacer nuestros deseos, pero
donde no encuentra mucho en que expandirse. En un mundo que es «el peor de los
mundos posibles», las penas prevalecen sobre las alegrías. La vida en sociedad
multiplica los deseos y, en consecuencia, las frustraciones.
El sufrimiento es redoblado por la conciencia que la «voluntad» no sólo nos somete
sino que no tiene razón de ser. Actuamos sin saber verdaderamente porqué,
obedeciendo a un instinto nunca pensado. El absurdo se hace trágico: no tan solo no
tiene ningún fundamento, sino que actuamos como si lo tuviese. La vida en sociedad
nos obliga a tomar en serio un juego absurdo y penoso.
¿Estamos condenados a la fría soledad, a la ilusiones sociales o a la mediocre
«cortesía»? No, porque existe una alternativa que aparece al final de la parábola: «el
que posee en sí mismo una gran dosis de calor interior, prefiere alejarse de la sociedad
para no causar contrariedades ni sufrirlas». Preferir la soledad, pues, pero a condición
de neutralizar la propia voluntad, de negar el querer-vivir y la propia individualidad.
Sólo la filosofía y la contemplación estética permiten comprender la vanidad de la
existencia. Ambas liberan de los instintos gregarios, de los deseos vanos y nunca
satisfechos. Sin embargo la sabiduría que de ello resulta es negativa: no se trata de felicidad, sino de la simple capacidad de no sufrir. Del sosiego –cuando no se notan ni
los pinchazos ni el frío– más que de la felicidad."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

che esta muy bueno tu blog,
te sigo desde ahora

CHAU

Ami dijo...

Suerte, con Fito!
ahah, re que faltan bastantes días.
Besin Manuel.

Maria de las Santas Victorias dijo...

Esa foto de tu titulo la hiciste vos? nose, pero es re linda la letra de tommy gun u.u
Te quiero Manu

Maria de las Santas Victorias dijo...

No me habia percatado que supuestamente soy "Maria de las santas victoriaas!"

Ok, te sigo